Disquisiciones sobre el concepto cantera

El Barça actual es alabado en el mundo entero. Por su entrenador, por sus jugadores, por su estilo, por su filosofía y, sobre todo, por su cantera. La Masia es el Santo Grial del barcelonismo, una factoría en la que proyectos de jugador adquieren un sello único y admirado. La estampa de Cruyff, la rúbrica Barça. Es lógico, por tanto, que en estos días salgan a relucir viejas historias de sueños hechos realidad. La de Leo Messi, por intrincada y exitosa es, naturalmente, la que despierta más interés. Un contrato firmado en una servilleta, la necesidad de pagar un tratamiento hormonal, innumerables contratiempos, la intervención de visionarios insospechados como Minguella y Rexach, una época de oscurantismo liderada por Gaspart y Antón Parera («¡Chusín, el precio lo pongo yo!»)… Grandes y oportunos ingredientes para explicar el épico relato del que puede llegar a ser el jugador más importante de la historia del Barça.

Precisamente, en estos días en los que la cantera y la cartera marcan la divisoria entre Barça y Madrid es un buen momento para hacerse una, en apariencia, simple cuestión:

¿Qué es cantera?

Partiendo de la definición al uso, entendemos que se trata del lugar o la institución de procedencia de individuos especialmente dotados para una determinada actividad. En este caso, el fútbol. Pero la clave de esta definición radica, como en casi todos los aspectos de la vida, en el tiempo. ¿Cuántos años debe formarse un jugador en un club para ser considerado canterano? Veamos algunos casos concretos:

Criados (Reixach, Amor, Guardiola, Iniesta, Messi, Guti o Casillas fueron fichados por sus equipos entre los 9 y los 13 años); formados (Pedro Rodríguez y Carles Puyol fueron fichados con 16 y 17 años, respectivamente); compartidos (Raúl González ingresó en las categorías inferiores del Atlético de Madrid con trece años. Dos años más tarde, fichó por el Real Madrid); comprados (Sergio Canales ha formado parte de las filas del Racing de Santander desde los 10 años. Con 19, ha fichado por el Real Madrid); exiliados (Gerard Piqué, Cesc Fàbregas, Fran Mérida o Iago Falqué abandonaron las categorías inferiores del Barça al no sentirse valorados); menospreciados (Jonathan Soriano formó parte de la disciplina del R.C.D. Espanyol durante nueve años. En 2009 no fue renovado y fichó por el Barça Atlètic para jugar en la segunda división B); mercantilizados (Eto’o llegó al Madrid con 16 años y fue cedido a diferentes equipos hasta que fichó por el Barça. Tenía 24 años).

Ante esta opinable casuística que conforma una ínfima parte de los cientos y cientos de ejemplos existentes, las cuestiones se suceden. ¿Se puede llamar canterano a un jugador que ficha por un equipo a los 16 o a los 17 años? ¿Cuándo pasa por diferentes equipos a lo largo de su formación, de quién es canterano? ¿Del equipo en el que pasa más años? ¿Si un jugador juega una sola temporada en una categoría inferior y a la siguiente debuta con el primer equipo, se le considera canterano? ¿Y, si antes de los 23 años se le ficha para jugar directamente con el primer equipo? ¿Es canterano un jugador que se ficha en su adolescencia pero se cede a diferentes equipos hasta que se repesca para el primer equipo?

El Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA establece en su artículo 20 que “la formación y la educación de un jugador se realiza entre los 12 y los 23 años”. Y aunque este artículo está destinado a calcular las indemnizaciones que se deben pagar por derechos de formación, es una referencia a tener en cuenta en esta cuestión.

El caso Mérida

Fran Mérida fichó por el Barça a los ocho años y se desvinculó del club catalán cuando tenía 15. Cuando cumplió los 16 y pudo estampar su firma como jugador profesional, fichó por el Arsenal. La FIFA estableció que el club inglés abonara una indemnización de 3,2 millones al FC Barcelona en conceptos de formación. Esta sustancial cantidad marcó jurisprudencia y significó un paso importante ante las constantes fugas de talentos a clubes ingleses. Existen algunos precedentes. El Tribunal de Mediación y Arbitraje de la FIFA decidió que el Manchester United debía pagar 220.000 euros al Barça por los derechos de formación Gerard Piqué, cifra que el conjunto catalán consideró insuficiente. En el caso de Cesc Fàbregas, el Barça llegó a un acuerdo con el Arsenal por el que el club inglés pagó un millón de euros y renunció a un amistoso y a un millón de libras pendiente por Overmars y Petit. A cambio, el Barça se comprometió a jugar un partido en Londres. El club blaugrana valoró un beneficio de 3,2 ‘kilos’.

Lo cierto es que hay dos vías para llegar al primer equipo: desde sus categorías inferiores o mediante un traspaso. Que se llame canterano a todo el que proceda de los equipos inferiores sin tener en cuenta los años que ha permanecido en ellos es simplemente una manera de etiquetar una idea. Una idea que, como se está demostrando, funciona en el Barça.

Iniesta, Xavi, Puyol, Piqué, Busquets, Pedro, Valdés o Messi, formados más o menos años en las categorías inferiores del Barça, son un fin en si mismos. Una suerte de entelequia para la Masia que no tiene sentido discutir.